Cuatro reglas que debe aplicar un Content Manager cuando habla con su cliente
Tener contento a un cliente es una tarea de paciencia y cuidado, más cuando debes proponer una malla de contenidos para publicar en su web o en redes sociales. Aplica estos cuatro pasos para no morir en el intento.
A diario redactamos y recibimos correos electrónicos para pedir un favor, explicar cómo hacer una tarea o pedir disculpas (¡o quizá plazo!) por no haber entregado un trabajo.
Cuando llega ese momento te sientas a pensar hasta dos y tres veces en la redacción: cómo debería comenzar, cuáles son las palabras indicadas para hacerte entender, en dónde van las comas y por último escribes el asunto: el gancho perfecto para que el receptor no la piense dos veces y abra tu correo.
Algo similar hacemos a diario los Content Manager. Cuidamos cada detalle de una publicación o de un call to action que va a salir al aire en la web de nuestra agencia o de nuestros clientes.
Si te gusta la producción, curación y edición de contenidos o darte a la tarea de crear lo que yo llamo una biblioteca virtual para tus clientes, te recomiendo que tengas en cuenta lo siguiente antes de iniciar tu tarea:
- Piensa qué tipo de valor agregado le puedes ofrecer a tus clientes: no es solamente curar por curar, sino tener la sensibilidad para saber cómo enganchar ese contenido con los objetivos estratégicos del cliente o con sus objetivos de ventas.
- Cuando te encargan la tarea de presentar una malla de contenidos para el cliente debes conocerlo de la A a la Z para que las propuestas estén relacionadas con su quehacer e impacten positivamente a sus públicos.
- Trata de construir una relación cronológica entre tus contenidos, ya que cuando escribas uno nuevo, tendrás la ventaja de relacionar los contenidos anteriores con los más recientes y así aumentar la navegación en el portal.
- Piensa gráficamente: los textos (largos) no son siempre los ganadores, también debemos pensar si nuestro tema puede ser desarrollado con elementos visuales y/o de video que nos ayuden a complementar la información.
Además, si este es el camino que quieres seguir, desarrolla una de las habilidades que considero maestra: la astucia para ir un paso adelante de los requerimientos del cliente. Y una cualidad que debes fortalecer a diario: la paciencia, bien sea para reescribir o para escuchar varios no de parte del cliente cuando presentes la malla de contenidos.
Cuando tengas lista tu propuesta, redacta el documento, adjunta el archivo en el correo electrónico, construye el email y prepárate para las críticas.